El bicarbonato de sodio está presente en todas las casas gracias a la versatilidad de sus propiedades: se usa para la higiene personal, para la limpieza doméstica y en la cocina.
Generalmente se encuentra embalado en botes de plástico o en envases de cartón sin sistemas de dosificación adecuados que, una vez abiertos, no permiten volver a cerrarlos perfectamente de nuevo, de modo que el producto no queda protegido de la humedad.